25 agosto, 2009

los pliegues zurcan la forma 
en la tela devanida, y la herrambre 
del fondo lacerante 
coteja su vanidad para la danza. 
unos se retiran de laide, lar de la 
escena venida en estilos 
otros asisten abúlicos sus partos faciales 
pero tú la pata expresad goteante 
como falta hilada, o no sea más que 
negrura quemando tus pistilos, tus partes 
arrotadantes en su grosor de lo orgo  
al entrar en la ligereza tardía  
aparto tu savia en la miríada más plana 
compongo lo que no, una tabula rasa 
donde tu mitad es algo más 
y coloco mis manos en el adagio del aire.

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