07 febrero, 2011

en bote de sueño
Cruza
la moldea de cera
acerca, quema: esculpe
eleva

dentro del dedo
olas fauces paseadas 
temblequean 
el bote se aleja de a lagunas
o despierta

31 enero, 2011

te fabricás hermanos
en tu atmósfera que la creas mientras cantás

lo que quise decir
se ha dicho
con mi descanso

maldita porque está tan lejos
esperando atado en ida y vuelta con circo de cabello calle
ojitos calamidad pelotudez tomar en joda de más a veces pienso
callate la boca
pero con mucha superficie para explorarte toda superficie

el ventilador la inmensidad
da la inmensidad
la da
nos despierta

resfriados
en la cara
de dormir
pausa
pausa


señales albas doles mitades
no hay nada lineal para conocer una superficie
y bañar
no hay desayuno antes de irse
antes
de la noche
despues de lavarse la cara
la toalla destructora y rugosa

voy a ver tu cara en todo el viaje o voy a pensar
porque hay otro allá que es
cuestión de olvidar cosas diferentes en momentos diferentes

pero de pronto abrazar esa construcción infijable en su comenzar
cayendo en esa brecha hablamos horas aunque
no digamos eso

hablar

28 enero, 2011

brazo quieto que dibuja sobre la
fotografía de un brazo el movimiento

una deformidad con los brazos cerrados
combustión de la cosa en mecánica de las cosas
sangrando se encierra en el contacto-
toca y pervierte esas melodías de vals matado
las deja horriblemente iguales. 

culpa mía
de mis voces multiplicadas
la fotografía de tu iglú que veo
hecho con bloques de presente puro
congelado

culpa mía no reir
ante la morsa muerta, creer que no sentís nostalgia
sólo hambre

culpa mía pensar que es mi culpa
querer hablarte

14 enero, 2011

a Trish Keenan


recordame ser
como el sol nunca ido
dormí fuerte y
trance
hacia un oscuro camisón
donde casi te oigo

06 enero, 2011

me reconforta navegar sin mirar

lo que podría mirar: el halar del haber en su tiempo
del bolsillo tuyo

y alimentarme a ranas alegres, mínimas,

raciones deshabitantes del planeta que esperaban
contra el eco
de revólveres embarazados a barro
disparando las huellas:

corriticos cabizbajos de querer seguir
-mirar-
revolviendo
la taza un ratito más

la pregunta se va enfriando tras las aguas de una postal dormilona
cardumen de cuellos caídos donde la espuma cabecea

lesión en tu agua de arrugas de cara
son los hogares
para las mulas de carga

las mismas que nos transportan
cuando muertos de caminar
y aún cuarenta cuadras por arrastrar

lo abandonado de todo recuerdo que no involucre ampollas

brotando en la calle
en ésta
alguna ciudad
no es la que conocimos pero se parece al poster viejo ese
nunca conocimos ciudades fuera del cine

ni siluetas anubadas asándose
como ahora

llegamos al fin y te muestro la palma de mi mano
una verdadera fiesta rayada de caprichos y sudor mugroso
¿dónde mierda estaremos?
el mapa unos segundos te arraya la mandíbula
si no te hubieras dormido antes de que te mostrara la mano
y yo tarareo

el bolsillo estaba lleno de caramelos ácidos, me lo imagino nomás yo que no sé de quién era esa mochila, pero el manual dice convidar uno a cada quien que se te siente al lado

mirás para afuera pidiendo una mentira
arranco con la del tironeo entre cuello y ventana

"¡A fin de cuentas resulta un deber ancestral!
Ser la lagaña rebelde que recorre esa reserva de lugares
(camiones, musguitos, arcos de futbol, vagones)
recuerdos puros de cierto olvido, pilas de imágenes 
invertidas"

detrás de un vidrio solo, luego
todo el viaje se vuelve el habitat en el que la ciudad nos segrega hacia ella misma

24 noviembre, 2010

devolver
los cachos de trastos agarrotados allá al fondo

devolverlos (cómicamente)

y al volar el polvo de los últimos cacharros
la falta de aire

11 noviembre, 2010

Los dibujos viven solos
sin manos
nuestras. Dejemos
que hablen.

Que admitan
su trazo
al ojo ajeno
mañana.

Que su tinta
nos deje ciegos
un rato.

Que su reverso
nos revele traslúcidos
y dibujados.

08 noviembre, 2010

Cerca de las cuatro de la mañana hacía zapping en el sueño desde su sillón rebosante de agujeros y se topó con la última novedad en dramas cósicos (y un extraño cartel de “importado de Oriente” abajo a la derecha de la pantalla): historias del ser que cae con debilidad física y emocional para así aplastar el centro de gravedad del universo. “Quién pudiera lograrlo en sueños” suspiraba el protagonista televisivo un poco agotado, para luego beber un sorbo interminable de nectar marrón. Se quedó dormido.