15 agosto, 2009

estatuas bloques de piedra disminuidos cagados a palos a martillazos bestias aislando lo necesario lo etereo una forma de postergar el contacto con la piedra en poses intentos estupidos por sostener una esencia una forma vaga en el tiempo estatuas en poses que desconocen el movimiento donde cada trozo de piedra que se elimina es una parte del movimiento que se descarta es una llave nunca hecha arrojada a lo más hondo de una pileta de sabanas limpias desde la fuerza ciega pestañas inanimadas berretas lagos impasibles al verso jinetes de sangre que entre los ojos se reconocen desde la fuerza ciega inanimada cerrandose nunca mas cruzando sus puertas pero con la fragilidad de un cuidado que no admite cayos no la llaga mental más grande ha de verse oscurecida encorvada con dedos que suavemente imitan un retoño la mueca ideal para verse pero al mirar atrás ya oscurecida sin el tiempo sin nada solo en botes espesos lentos negros incapaces de batir la niebla que quema la carne en patadas enfermas de sangre donde no hay espejos no se hallan los campos no los senderos mínimos que irían a la no a la sangre no encontrarse ya en los ojos estirados ya como poner un sello de tinta borroneada no tan firme nunca firme ladera interior esquivando ser a si ser lo que así ser lo que no lo que ya no y no lo que ya no ladea lo que no es nada y que no es nada mas ya no es lo que ladea porque el esmero donde no hay espejos donde no hay puertas que no te veo o que nunca entonces lo vi si al cabo espero creciendo de sangre esperarme vacio el espacio desde el cual saltar hacia que otro vacío nunca visto muerto de arranque no avanza en el tiempo como los semaforos que tiritando en colores preprogramados más puros mientras menos imprevistos y que avanzar y detenerse en el tiempo doblar a la izquierda la derecha la infracción hecha y la multa que cae pero los semaforos no ven desde lo inmovil de sus ojos y su ceguera de colores ni siquiera allí al par allí al lado porque avanzar y detenerse en el tiempo el amarillo del semaforo el de la perpetua duda que se consume a si mismo ni bien nace y el camino rojo o verde que ven al otro que no puede existir sin empezar a morirse y desvanecerse sobre otros que son mas fuertes y lo absorben y que lo apresan para siempre lo esconden lo encogen dedos vacíos que lamen secos cualquier superficie cualquiera sea sin importar nada solo volverse ciegos es imposible el calor que revuela porque alla en el fondo ha sido prohibido y los parches y los cuellos que no giran y no giran porque son de estatua