26 agosto, 2009

calmo jardín de tus tallos solo sos tus urgencias
me encuentro en las honduras de tu espacio
inicua tiranía vegetal, idea mia, ya no de piedra te veo
dormir las horas, dormir los puentes cuando avean
acaparar allí despacio nos dedos leudando la lis
y mareos y nube en un mar de humo, la niebla la mece el mareo 
-lejados tornillos inútiles o la seda vencida o la escarcha- 
pero tu voz emana un hondo azar sobre mis huellas deicidas
me aseo en la delgadez en tus días de hamaca que encuentro 
pura sed del iris delirante –de cracs- -de tajs- y de la arena ebria  
los inmensos embates diun vidrio al respirar adentro, entre los álamos
del asma emigrante que acuesto; del viaje de ensueños que nos leo.

"los deicidas huyeron al abrirse los cielos"

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