01 octubre, 2007

Derramando un poco la nuca el perro le finge indiferencia a la comida, quiere no tener que parar las orejas al notar a su dueño. Se la pasa tirado en el pasto, en la tierra oscura no hay pájaros. El amo atisba pero no. Se hace de noche y naturalmente el círculo es un ciclo: ‘Yo soy can’ – se convence el tucán. La nube lo mira en otro idioma.

Un bosque virgen de caminos termina erosionándose de todas formas por el clima, pero mantiene por mucho más tiempo su carácter.

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