No respeto el volver al tiempo. Proclamarme 'yo' es negar mis persecuciones internas, es ignifugar mi incapacidad de escaparme de serme en relación a lo desinmediato- lo que fue y lo que va a ser. Pero sin negación esa mueca de irrespeto no existiría, y a la vez la negación es parte de la misma electricidad que se debate a qué parte de mí atribuirle el 'yo'.
Por ahi juzgar y ser juzgados en relación a esa concepción unificadora de nosotros mismos sea una gran contradicción.