30 agosto, 2007

olor a lago

Escueto eso, recorre tu abismo y ahoga el resto. Ni trato de ver a través del agua, ya no me puedo mover, sublevado por las intravenosas garras del aire que se respira cuando se esta atado. Híbridos anónimos piden esconderte, como en toda revolución. Que mueran, sean calidamente torturados en el nombre de todo lo que alguna vez quiso ser y ser.

Desentrañados se esconden luego, roen sin dientes y se apaga la luna. Se que se hace y se nace, se que un día se olvidan las salidas. No hay nada más que un precipicio, no se puede caer, ni mirar alrededor, no hay pies, no entran. Es ver la incipiente caida, dejar de ser uno.

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