16 enero, 2010

Carta para Eleonora Fagan Gough

Para: Eleonora Fagan Gough (Nueva York)
De: Elías Altamirano (Buenos Aires)
16 de noviembre de 1938

Yo sería tu esclavo, Billie, podría ser tu bribón, tu bellaco, podría robar por vos si lo quisieras, si me lo pidieras realmente. Podría ser el padre que nunca tuviste...¿no tuviste padre? ¿qué hubiera sido de tu voz si no hubiera existido su ausencia? ¿es cierto que en el hospital modificaron algunos documentos? Sabés, a mi no me importa mucho realmente, pero un amigo me pide que te pregunte.

En mi barrio hay una señora que pasa discos tuyos, se llama Sara. La saludo cuando me viene a abrir la puerta y parece una persona amable, siempre está tan distraida. Sara pone el megáfono en la sala y ya somos varios los que nos sentamos a escuchar. Vienen algunas señoras perfumadas, gente del barrio, y cada vez más gente del centro de estudiantes de la universidad. Dicen por el barrio que los problemas bajaron mucho ultimamente, yo no entiendo mucho de eso pero me doy cuenta de que ya no gritan tanto. Volviendo a la sala, a veces viene gente de otros barrios, gente sola y callada que se esconde en algún rincón a escuchar. Una vez uno se puso a fumar y le pidieron que por favor salga a hacerlo al patio, y discutieron un rato pero casi en silencio, nadie se enteró qué fue lo que dijeron. Si vos vieras el silencio que se forma alrededor, cuando termina la música todos nos miramos sorprendidos, como volviendo a sentir el cuerpo. Cuando Sara prende la luz recién me doy cuenta de quién estaba sentado al lado mio. Tendrías que verlo.

Cuando termina la música se crea una situación incómoda, la gente inquieta, de acá para allá y es un desorden, y sin embargo son pocos los que se animan a hablar. Es un silencio ruidoso, molesto, yo siempre digo que me voy a fumar afuera pero nunca vuelvo. Me voy a caminar por lo menos media hora, y pienso en cosas que me acuerdo, imagenes y recuerdos que no estoy seguro de haber vivido. Despues llego a mi casa y me acuesto, y sigo recordando con la almohada, hasta que me duermo. A veces me pongo a escribir. Escribo pedazos de letras que se me vienen a la cabeza, y otras cosas que imagino también, pero sobre todo letras.

Quiero que esta carta te llegue, el cartero me dijo que quizás pueda llegar en un mes pagando el arancel diferenciado. Te quiero, Billie, en serio. Espero que puedas leer esto y responderme. Pablo me dijo que una vez mandaron una carta a Brazil y es cierto que llegó segun le contó su tía unos años después. Pablo es un amigo, yo le quise hacer escuchar tu música pero con los horarios es inflexible, y además dice que la casa de Sara esta en una parte fea. Es cierto, a mi no me gustaba mucho caminar por esa calle, la gente es muy desconfiada de los que no viven en esas manzanas y a veces nos molestan, pero ahora ya me acostumbré. Lo que pasa es que ya nos conocen la cara. Al principio la quisieron echar a Sara, porque decían que estaba haciendole un mal al barrio, que la gente ya se conocía y estaban en paz hasta que llegó ella. Despues algunos de esos empezaron a venir a lo de Sara. Ya nadie le dice nada.

Ultimamente ni siquiera viene a abrir porque deja la puerta abierta. Entran perros y bicicletas. Yo no se qué pasa ahí despues, nunca me quedo, como te dije. Dicen que a veces vienen otros músicos, o pasan otros discos, y que viene incluso más gente que cuando estoy yo. Quizás algún dia me quede a mirar, si es que a vos te interesa. Ahora me tengo que ir, porque lo de Sara comienza en un rato y antes me gustaría pasar por el correo que queda para el otro lado.


With all the words, dear, at my command
I just can't make you understand
I'll always love you darling
Come what may
My heart is yours
What more can I say?

Espero verte pronto,
Elias

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