05 octubre, 2009

ladeaba grasa huntada en su pelo
con la delicadeza de un caballo

firmeza también, dos tacos picudos, sudor
la firmeza de una tapa de alcantarilla

no miraba de reojo sin mostrar el cogote
ni las aglutinadas cucarachas negras que pudrían
sus orejas nada más que en sus ojos
velando el sesgo de sus brazos peludos

alejándose aburrida -diciendo- no arqueó espalda ni culo ni-
"no hay círculo que se complete en linea recta" -ni en las axilas
-agrego yo- ni en un encarnado sentido del tránsito; camino recto
para escapar en derrames de ojos, en imágenes hacia otros ojos

                                                          donde ahogar
             la postura ingrávida en el espejo, el naciente
             asma insular en el cansancio, el mirar llano
             como nadie nunca

el cansancio de suplicar
que la vieran como bestia, primero
y entonces ya no la vieran.

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